Los usuarios de equipos de aire acondicionado cada vez más, se centran en la eficiencia de los equipos que piden instalar en sus casas o negocios. Cuanta más energía ahorren en su funcionamiento, más corto es el periodo de amortización de la inversión que supone el propio aparato y su instalación.
De ahí que muchos instaladores se preocupen de estar a la última y ofrecer a sus clientes las mejores tecnologías en cuanto a los aparatos de climatización.
Pero también, cada año es mayor el grado de concienciación de la sociedad en lo que se refiere a la protección del medio ambiente. Esto es así gracias, entre otras cosas, a la
aprobación y entrada en vigor de diversas Directivas europeas y leyes nacionales relacionadas con la protección del medio ambiente, así como de más y mejores campañas de sensibilización de la sociedad.
Problemas como el Calentamiento Global se perciben ahora como una seria amenaza para el planeta y para la economía, no ya de cara al futuro, sino incluso en el presente.
Por todo ello, es de una vital importancia que los antiguos equipos domésticos retirados de los domicilios, o los grandes equipos industriales que daban servicio en centros comerciales, naves industriales o edificios enteros, sean gestionados conforme marca la normativa vigente, en plantas adecuadas y autorizadas por las autoridades ambientales de cada Comunidad Autónoma. Esto incluye todos aquellos componentes y sustancias contaminantes y/o peligrosas para la salud de las personas que contienen dichos equipos.
Así lo contempla el Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, modificado en 2021 por el Real Decreto 27/2021, de 19 de enero.
Estas normas, junto con el Real Decreto 553/2020, de 2 de junio, por el que se regula el traslado de residuos en el interior del territorio del Estado, suponen un gran avance en la
consecución de mayores niveles de reciclaje de los aparatos de climatización y de mejor protección del medio ambiente.
Asimismo, esta normativa contempla una serie de obligaciones a los profesionales de la climatización, tales como darse de alta como productor de residuos peligrosos en las CCAA en las que operen, contar con un contrato de tratamiento de cada residuo peligroso o no peligroso que generen, firmado con un gestor autorizado, y tener absolutamente trazado el volumen de estos residuos que produzcan (peso, fecha de generación, gestor de residuos empleados, transportista utilizado, etc.)
En RECYBERICA AMBIENTAL somos pioneros en el tratamiento de equipos de climatización, así como en la gestión de los aceites, gases refrigerantes y condensadores que contienen los equipos. Estos gases que tienen un alto potencial de calentamiento global han de ser retirados, regenerados para su reutilización, o bien eliminados con el fin de evitar que acaben en la atmosfera, incrementando así el efecto invernadero en el planeta.
Tanto es así, que desde 2008, fecha en la que RECYBERICA pone en marcha su línea de tratamiento de A.A, llevamos gestionados 40.000 Kg de gas refrigerante, o lo que es lo
mismo, se ha ahorrado a la atmosfera la emisión de 60.000 Tm de CO2.
Este dato por si sólo es realmente impactante, pero lo es más aún si decimos que es la misma cantidad de CO2 que hubieran producido 25.000 coches que hubieran recorrido
20.000 Km.
Todo ello en nuestra planta de tratamiento de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), donde no sólo se extraen los gases y aceites de los aparatos de aire acondicionado, sino que también se procesan los equipos enteros, ya sean industriales o domésticos, recuperando fracciones metálicas y plásticas que se vuelven a introducir en la economía circular como materia prima.
Según datos de la de la Oficina Internacional del Reciclaje (BIR, por sus siglas en inglés), reciclar aluminio en lugar de optar por la extracción supone un ahorro energético del
95%, En el cobre, el ahorro es del 85%; y en el hierro y el acero, del 74%.
También supone una importante reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Por cada tonelada de aluminio producido, se evita la emisión de 3,54 toneladas de C02. Para el cobre, el ahorro es de 0,81 toneladas por tonelada; y para los materiales férricos, de 0,97 toneladas.
Pero, ¿cómo lo hacemos en RECYBERICA AMBIENTAL?
Antes de nada, los instaladores se han debido dar de alta como productor de residuos peligrosos, en cumplimiento de la normativa vigente.
Una vez obtenido el NIMA y número de registro como productor de residuos, se da de alta en nuestro sistema y se emite un contrato de tratamiento por cada código LER de residuos que se le va a gestionar. Por ejemplo, los LER 160211 y 200123 de equipos eléctricos con gases refrigerantes de origen industrial y doméstico, respectivamente; el 140601 de gases refrigerantes; o el 130205 de aceite mineral no clorado.
Seguidamente, se acuerda con el cliente la fecha de retirada de las máquinas, que para el caso de que sean de origen doméstico, se han de juntar al menos unos 200 kg para poder realizar el servicio. De esta forma se hace más eficiente el transporte y se reduce la huella de carbono de nuestros transportes.
Si fuera una retirada de un aire industrial, se acuerda la fecha y la hora a la que el cliente ha contratado la grúa, para que coincida con el posicionamiento de nuestros camiones que llevarán la o las máquinas a nuestra planta de tratamiento. Para ello, es imprescindible saber con antelación el peso y las medidas de la o las máquinas a retirar.
El transportista empleado tanto para retirar palés con máquinas domésticas o enormes equipos industriales, estará autorizado para el transporte de los residuos y llevará la
documentación que marca la normativa; esto es, un documento de identificación del traslado, que prueba la trazabilidad del residuo, desde quién lo produce, qué código LER se transporta, qué empresa transportista realiza el traslado, quién es el gestor autorizado para el tratamiento que recibirá los equipos, cuánto han pesado y la fecha de entrada en la planta final.
Una vez en planta el residuo, se pesa en nuestra báscula y comienza el proceso de descontaminación y tratamiento.
En primer lugar, independientemente de si es un equipo doméstico de unos 40-100 kg o de si es un equipo industrial de 300 Kg o de 5 Tm, una vez que entra en planta dicho residuo, se le extraen los FLUIDOS REFRIGERANTES.
En esta fase se conectan los equipos de frío a los equipos de captación y se retira la mezcla de fluidos refrigerantes de los circuitos. En esta fase los fluidos refrigerantes (aceites y gases) van mezclados aún, tal y como se encuentran en el interior del equipo. En ocasiones, el circuito tiene más gas que el que puede asumir la máquina, por lo que se han
de emplear una o varias bombonas con el fin de recoger el remanente de gas que quede fuera del equipo. Estas bombonas pueden ser retiradas junto con los equipos. Una vez extraído el gas de dichas botellas, se dejan en planta a disposición del instalador, con lo que no se pierde el casco y puede volver a ser utilizado por el cliente en futuras retiradas.
Posteriormente se produce la SEPARACIÓN DE FASES. En esta etapa, a través de equipos específicos de separación de fases, se separa el aceite refrigerante del gas refrigerante. Cada uno de ellos es almacenado en condiciones especiales según el tipo y enviado a diversos gestores para su regeneración, siempre que ésta es posible, o eliminación. Algunos gases como el SF6 o el R12 ya no pueden ser regenerados y su destino es destrucción, mientras que otros como el R407 o R410 se pueden volver a emplear con el mismo fin tras una adecuada purificación.
Finalmente se produce el DESMONTAJE Y SEGREGACIÓN DE FRACCIONES. Una vez descontaminado el equipo, personal con experiencia procede al desmontaje y separación de
las distintas fracciones reciclables; metales, plásticos, compresores, electrónica, etc. de manera que se optimice su posible reinserción en el ciclo productivo.